Aguas negras

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Si los ríos tributarios nacen en la planicie aluvial, poseen aguas negras (también denominadas prietas) y se distinguen de las del Magdalena y de las de otros ríos de cordillera de aguas blancas (San Bartolomé, Sogamoso, Lebrija) por poseer : pH, conductividad, concentración de nutrientes menores y una mayor transparencia. No se han encontrado diferencias en cuanto a composición de fito- y zooplancton, zoobentos, cohortes de peces ni rendimiento pesquero (según los pescadores artesanales), aunque la verdad, se han realizado muy pocos estudios[1] . (Moreno Beltrán, et al., 1987).

El río Negro, tributario del Magdalena por su margen derecha (ca. Puerto Boyacá, en el límite entre Cundinamrca y Boyacá, i.e., nace en la cordillera oriental), transporta gran cantidad de sedimentos inorgánicos lutíticos de color negro, no es un río de aguas negras en el sentido aquí descrito.

Ciénaga El Totumo, complejo cenagoso de Caño Negro, Yondó (Antioquia). Este debe su nombre a la coloración te oscuro del agua, causada por la carga de taninos y otras substancias orgánicas persistentes derivadas de la descomposición de material vegetal. Estas aguas son el drenaje de la planicie aluvial, no de la cordillera; se caracterizan por su oligotrofia, baja conductividad (< 25 µS/cm) y pH (< 5,0) y pueden yacer, durante eventos de creciente, sobre aguas blancas cargadas de sedimentos del río Magdalena o de algún curso menor de la cordillera. Las aguas negras flotan sobre las blancas por ser menos densas puesto que son más cálidas -hasta 4 - 5° C- y contienen muy pocos materiales disueltos.
Foto: neotrópicos, 04.1999